Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid. Segundo asalto

Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid. Segundo asalto
Guion
Geoff Johns, Dan Jurgens, Dan Abnett
Dibujo
Jason Fabok, Francis Manapul, Ivan Reis, Óscar Jiménez, Paul Pelletier, Tom Grummett
Tinta
Joe Prado, Tony Kordos, Sandra Hope, Danny Miki, Mark Morales, Scott Hanna
Color
Brad Anderson, Francis Manapul, Alex Sinclair, Brian Buccelato, Adriano Lucas, Gabe Eltaeb
Formato
Cartoné. 248 páginas. Color
Precio
27 EUR
Editorial
ECC Ediciones. 2019
Edición original
Justice League 45-52 USA, Justice League: Darkseid War Special 1 USA

Tras la muerte de Darkseid, los miembros de la Liga de la Justicia han recibido un poder inmenso: ¡el de los dioses! Superman, Batman, Flash, Shazam, Green Lantern y Lex Luthor se han transformado y han recibido las habilidades de los nuevos dioses. Pero una práctica omnipotencia supone una cantidad inconmensurable de poder incluso para los superhéroes. Mientras la humanidad de sus compañeros se esfuma frente a estas habilidades recién recibidas, Wonder Woman lucha para evitar que el Anti-Monitor los mate a todos. ¡Y para defender su mundo, tendrá que pedir ayuda a los peores enemigos de la Liga de la Justicia: el Sindicato del Crimen!

Darkseid ha muerto. ¡Larga vida a Darkseid! Tras la muerte del gobernante de Apokolips a manos de Flash (como encarnación del Corredor Negro), varios miembros de la Liga de la Justicia heredan los poderes de los Dioses. Así, Superman se convierte en el Dios de la Fuerza, Batman en el Dios del Conocimiento, Shazam en el Dios de Dioses, Flash en el Dios de la Muerte, Green Lantern en el Dios de la Luz, y Lex Luthor en el Dios de Apokolips. Pero como todo buen lector de cómics sabe, todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, y nuestros héroes están demasiado ebrios de poder como para darse cuenta de lo que su omnipotencia puede costarles. Entretanto, Wonder Woman ve cómo su hermana Grail, hija de Darkseid y la amazona Myrina, se va entregando de nuevo al lado oscuro. La situación se vuelve tan desesperada que la Liga se ve obligada a recurrir al Sindicato del Crimen para que les ayude a vencer al Anti-Monitor. Si pensabais que con la muerte de Darkseid se acababan los problemas, no podríais estar más equivocados.

guerra de darkseid

Como bien dijo mi compañero tortense Laintxo en la reseña de la anterior edición de esta historia, de vez en cuando viene bien recuperar la esencia de los cómics de acción para desengrasar tanta corriente indie que está invadiendo el cómic mainstream USA. Sin embargo, lo que podría haber sido un mero intercambio de mamporros entre los héroes y los villanos de turno se convierte, gracias al buen hacer de Geoff Johns (Shazam, El reloj del Juicio Final), que ha tenido sus aciertos, al igual que sus meteduras de pata, en una emocionante historia repleta de acción y de emoción a partes iguales, con muertes y resurrecciones, imposibles alianzas y traiciones, amor, celos, pasión y venganza. Johns entiende y hace suyos unos personajes que, a pesar de las continuas reinvenciones y reboots de la editorial (uno ya no sabe si esto es Nuevos 52, Renacimiento o qué demonios), mantienen una esencia y personalidad que les hace inconfundibles. Así, Wonder Woman, pese a no haber heredado ningún poder tras la muerte de Darkseid, es el corazón que late y mantiene viva a la Liga de la Justicia. El amor que siente hace todos sus compañeros de equipo, mal que le pese al pobre Steve Trevor, es el elemento cohesionador de la Liga, y es ella quien, al final, provoca el feliz aunque agridulce final que esta historia necesita. Wonder Woman es, además de una guerrera, una embajadora de paz. Es el ideal femenino encarnado: tan hermosa como valiente, tan fuerte como compasiva. Como dijo Barry Allen en una clásica historia escrita por Paul Dini e ilustrada por Alex Ross, “creo que todos estábamos un poco enamorados de ella”.

Aparte de Wonder Woman, cabe destacar la participación de un personaje como Lex Luthor en todo esto. Tras la muerte de Darkseid, Lex se ve imbuido de una parte de su poder, lo que le convierte en Dios de Apokolips. Esto hace que varios habitantes de la Resistencia de ese planeta le confundan con el Elegido que la profecía de su Oráculo afirma que les salvará de la tiranía. Evidentemente, el Oráculo que habla de “un gran héroe de un lugar llamado Metrópolis, (…) huérfano, el humilde hijo de unos granjeros, el buscador de la verdad y la personificación de la justicia” no puede ser otro que Superman. Sin embargo, no es de extrañar que Lex se arrogue el manto de héroe salvador de Metrópolis y se haga pasar por el Elegido. Al final de la obra veremos a dónde le lleva esa decisión, pero tras la muerte de Superman (reseñada aquí) le veremos tomando el emblema de la S y la capa roja. ¿Qué pasará después? El tiempo pone a cada uno en su lugar. Pero Renacimiento ya se encargó de dejarlo todo atado y bien atado.

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Si este cómic resulta tan espectacular como os estoy contando es gracias en gran parte a la extraordinaria labor de un artesano como Jason Fabok (Batman: La noche de los búhos, El Hombre de Acero), heredero de la escuela de Mark Silvestri en Image. Aunque más que capacitado para dibujar las espectaculares escenas de acción que esta historia requiere, Fabok se ve asistido en los primeros números por el también muy hábil Francis Manapul (Detective Comics: Anarquía, Superman: American Alien). Dos estilos muy diferentes, y ambos me encantan. Sé que hay quien considera a Manapul mejor dibujante, y a Fabok un mero artífice de pin-ups, con la espectacularidad como marca de la casa, pero lo cierto es que tras la lectura de todo el volumen, he de decir que el trabajo de ambos me ha resultado igualmente satisfactorio, rayando en lo excelente, cada uno en su estilo. El cómic Darkseid War Special 1, que ahonda en la historia de Myrina y su hija Grail, al igual que en la de la portadora del anillo de poder del Sindicato del Crimen Jessica Cruz, está también escrito por Geoff Johns, y dibujado a seis manos por Ivan Reis (La noche más oscura, Los Terrifics), Óscar Jiménez (Stormwatch: Preludio a Authority, Flash: Velocidad Terminal) y Paul Pelletier (Batman y Robin Eternos, Flash: Relámpago Expansivo). Se trata de un cómic fuera de la numeración regular de la colección de la Liga de Justicia, y publicado aparte como cómic independiente, pero que no obstante contiene parte importante de la historia.

La historia de la Guerra de Darkseid acaba en el número 50 USA con una impactante revelación sobre el nacimiento de Wonder Woman, y un epílogo en el que Owlman, del Sindicato del Crimen, devuelve a Metrón su silla (ocupada durante todo este tiempo por Batman), justo para presenciar la llegada de un poderoso ser que… mejor dejo que lo leáis vosotros mismos. El tomo se complementa con una historia escrita por Dan Jurgens (DC / Dark Horse: Aliens. Segundo Asalto, La muerte de Green Lantern) y dibujada por el veterano Tom Grummett (Sección Cero: La Sección Cero no existe, La boda de Superman), en la que Batman presenta al Robin Dick Grayson en sociedad, justo a tiempo para poder participar en una nueva aventura de la Liga de la Justicia en la que se enfrentan a unos extraños fenómenos forteanos, materializados en unos seres de otras dimensiones llegados a la nuestra a través de gritas en el espacio-tiempo producidas al desactivar Superman las cajas madre y cerrar bruscamente los tubos boom. Efectos secundarios, lo llaman. La intuición de Robin será esencial para la resolución del combate. Además, este volumen contiene el número 51 USA, en el que Lex Luthor se postula como improbable candidato a cubrir el hueco dejado en Metrópolis tras la muerte de Superman. Un número en el que el guionista Dan Abnett (Aquaman: Inframundo, La Silenciadora) forma equipo con el dibujante Tom Grummett, que repite aquí con su estilo clásico que tantas alegrías nos brindó en la DC de la década de los noventa.

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La guerra de Darkseid no fue un evento que haya llegado a pasar a la historia, como fueron las Crisis en Tierras Infinitas, ni haya tenido la relevancia o la buena crítica de otras obras como Crisis de Identidad. No obstante, su mérito no estriba en la repercusión mediática que haya podido tener, ni en las consecuencias editoriales que haya provocado, sino en haberse constituido como una obra espectacular y redonda en todos los sentidos, manteniendo el aroma clásico de tebeo de tortazos, pero haciendo gala de un espíritu propio lleno de amor por los personajes y su esencia, al tiempo que hace al lector partícipe de los devenires emocionales de los protagonistas: experimentamos el amor de Trevor por Diana, la sed de venganza de Grail, la difícil decisión de Big Barda… En una época caracterizada por el quién da más de las editoriales, La guerra de Darkseid se erigió como un cómic único y especial, dispuesto a saciar la sed de sus fans por aventuras repletas de acción y emoción. Un equilibrio perfecto.