En ocasiones, la carretera puede convertirse en un entorno hostil, una jungla de asfalto en la que cohabitan diferentes y variados tipos de conductores. Nuestro equipo de investigación ha querido conocer de cerca a los más peligrosos, aquellos cuya naturaleza o hábitos entorpecen la circulación e incluso pueden amenazar la seguridad vial del resto de conductores, ciclistas y peatones. Por la Tía May no hay que preocuparse, es inmortal.
Conoce a continuación a los peores conductores que puedes encontrarte al volante, seguro que consigues identificar a más de uno, o puede que te hayas topado con alguno de ellos sin darte cuenta. En cualquier caso, ¡precaución!, y ¡no te conviertas en uno de ellos!
El empanado.
El conductor empanado vive en su propio mundo de color y fantasía (y sin drogas, no como Grant Morrison). La carretera es un lugar que no le gusta en absoluto; de hecho, querría hacer cualquier cosa antes de conducir. Por eso decide no malgastar su tiempo al volante y convertirse en el hombre o mujer orquesta: maquillarse, comer, beber, fumar, quedarse embobado mirando a la gente al pasar. Todo es mejor si se hace a la vez.
La abuela kamikaze
¿Tú también te agarras a lo primero que pillas cuando tu abuela va al volante? Nos encanta ver conducir a nuestros mayores, aunque más de una vez nos saquen de quicio o nos den un buen susto (Nota: Esperanza Aguirre tiene 63 años). Ya sea circulando a paso de caracol o pisando a fondo a lo Mad Max sin venir a cuento, los abuelos al volante pueden ser una auténtica caja de sorpresas. La mejor fórmula para salir del paso? Reflejos, paciencia y, sobre todo, respeto.
El rey del mambo
Vanidoso, chulo o fanfarrón: da igual cómo lo llames, el conductor encantado de haberse conocido se merece un puesto de honor en el podium de los peores conductores. Y Tony Stark volará muy bien con su armadura, pero al volante deja conducir a su ego. Su cochazo descapotable es un escaparate sobre ruedas a través del cuál puede mostrarse al mundo. Pero a menos que se trate del Motorista Fantasma, ¿cuál es la mejor manera de bajarle los humos? Recurre a la sabiduría del refranero popular: no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
El neurótico
Este conductor parece estar siempre al borde de un ataque de nervios. Va sentado sobre un asiento lleno de pinchos y sólo conoce gritos y otras formas de berreo como medio de comunicación. Vamos, como cualquier adolescente. Además, el coche es su gimnasio: golpea el volante como Daredevil a Kingpin. Si tienes la mala suerte de encontrarte con él, los tapones para los oídos serán tu única salvación.
La jovenzuela
Aquí tenemos la jovenzuela que estrena coche en la jungla de asfalto. Recién salida de la autoescuela y cantando a todo trapo los temazos de la radio, la piloto novata esconde la letra L con vergüenza pero por sus volantazos la reconocerás inmediatamente. NO te dejes engañar por su cara angelical, la conductora joven puede ser exasperante. ¿Kitty Pryde pilotando el Pájaro Negro? Una aficionada…
El perrito piloto
El conductor más peludo, el más animal entre los peores conductores, el perrito piloto, ¡toda una especie en extinción! No te asustes de su extraña apariencia, ha probado ser más disciplinado en la carretera que el resto (el Bushido, ya se sabe). Te recomendamos no ofrecerle galletitas, o te enseñará su lado más salvaje.
Si tenéis que coger el coche estas vacaciones, o si sois dados a cruzar la calle sin mirar, no olvidéis las recomendaciones que os dan en esta web: LINK.
¡Desde ELHDLT os deseamos unas felices (y seguras) vacaciones!
