LOS MUNDOS DE VALKEN. Océanos en llamas
Nacho Fernández
112 páginas. 17 x 24 cm. Rústica.
Interior y cubierta a color.
ISBN: 978-84-943002-2-6
PVP: 16,95 EUR (papel), 2,50 EUR (digital)
Hace unos días comentaba con un compañero de la oficina lo fácil que es hacer dibujos, y lo difícil que es hacer tebeos. Nos referíamos a que cualquier con un mínimo de talento puede coger un lápiz y dibujar un monigote, pero hace falta más técnico y oficio para hacer que una historia fluya a través de las viñetas. Esto viene a que admiro mucho más a Nacho como narrador que como dibujante.
Sigo a Nacho Fernández desde hace muchos años. Concretamente, desde 1995, en que salió publicada por primera vez esa parodia de Dragon Ball llamada Dragon Fall, de la mano de Hi No Tori (ahora la está reeditando Dolmen; si no la habéis leído, es una ocasión estupenda). Ahí Nacho daba muestras de, por un lado, una gran facilidad para imitar el estilo de Akira Toriyama, y por otro, dotar a sus escenas de una agilidad y una fluidez impresionantes.
20 años después, Nacho sigue siendo un nombre conocido dentro de nuestras fronteras, aunque también se le aprecia bastante en Francia y Reino Unido. Sin embargo, pese a su evidente talento, no ha conseguido despuntar en primera línea. No obstante, de vez en cuando asoma la patita y nos trae cosas como Los Mundos de Valken.
Al igual que en Wolf & Sister, en Valken Nacho da rienda suelta a su amor por las naves espaciales y las armaduras de combate. Me encanta su estilo a la hora de diseñar armamento y vehículos, cómo les dota de volumen y peso (no es fácil plasmar eso eficientemente en papel, por si os lo estáis preguntando). Y me encanta cómo dibuja a las chicas, también es verdad.
Pero no veo aquí el trazo que me deslumbró con su escenas de acción en Kung Fu Mousse. Por el contrario, los dibujos parecen inacabados, como bocetos entintados. Cuesta distinguir los personajes, por sus uniformes, por sus vehículos, por los colores. En un cómic de superhéroes puedes distinguir a los personajes que salen en una página con sólo echar un vistazo. Valken requiere un ejercicio de atención por parte del lector para enterarse no sólo de la trama, sino de quién está diciendo o haciendo qué.
A esto contribuye un coloreado plano y muy apagado que, si bien se ajusta a lo que la historia requiere (la iluminación roja en el interior de un submarino, por ejemplo) hace que cueste identificar a los personajes. No hay variedad en los cortes y colores de pelo, en los rasgos faciales, y apenas en la ropa de los personajes. Y vale que es el estilo de Nacho, pero se hubiera agradecido algo más de diversidad para facilitar la tarea al lector.
Y ojo, que no digo que el tebeo sea malo. Al contrario, es una estupenda aventura espacial con héroes y heroínas, humor (el sello particular de Nacho) y mucha acción. Pero veo aquí a Nacho a medio fuelle, capaz de ser más pero reservándose, o con prisas. Espero que en las continuaciones de esta saga podamos ver a Nacho a toda potencia.
La edición de Grafito, como es habitual, viene acompañada de abundantes extras y regalos como láminas, una historia extra y un póster desplegable. ¿Qué más se puede pedir?
