Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña: Spaceman

Portada Spaceman

SPACEMAN

Guión: Brian Azzarello
Dibujo: Eduardo Risso
Color: Patricia Mulvihill, Giulia Brusco
Edición original: Spaceman HC USA (DC Comics, Vertigo)
Formato: Cartoné, 224 págs. a color
Editorial: ECC ediciones
Precio: 20 €
Fecha de publicación: Diciembre de 2012

Por intentar ir al grano antes de empezar a divagar, podríamos decir que Spaceman es exactamente lo que podríamos esperar de sus autores por separado, pero llega a decepcionar un poco si lo vemos como la siguiente obra del equipo de 10 Balas.

En líneas generales Spaceman es un cómic más que correcto, que incluso tiene algunas pinceladas de genialidad en el guión, pero que no pasaría de ser una obra media de Azzarello si no fuera por el siempre sobresaliente Eduardo Risso.

A sabiendas que se les expondría a comparaciones, se han desmarcado cubriéndose las espaldas con una historia totalmente diferente a su anterior colaboración. Nos trasladan del noir más puro a la ciencia ficción para contarnos la historia de Orson, quien fuera sujeto del experimento Spaceman, en el que se modificaba genéticamente niños para prepararlos para el viaje a Marte. Hoy día es una especie de chatarrero, un bruto con corazón de oro que se verá envuelto involuntariamente en el secuestro de una niña en el punto de mira de los medios.

La verdad es que la historia seguiría siendo Noir de no ser por el ambiente, sin duda lo más conseguido de este cómic. Azzarello toma los puntos claves de la ciencia ficción de los años 70 y 80 y los mete en la coctelera con algunos de los temas de más candente actualidad: el calentamiento global, los reality shows, el lenguaje sms… En un mundo dividido donde mientras unos pocos viven cómodamente, el resto vive en ghettos inundados postapocalípticos Brian Azzarello repite esa fórmula en la que un argumento sencillo y al parecer aislado se ve complicado en una madeja mucho más grande. Comenzamos leyendo sobre el experimento Spaceman, pero para cuando llegamos a la mitad de la trama, este argumento inicial no sólo habrá quedado palidecido entre la telaraña de intrigas de las distintas partes, la acción vertiginosa y el escándalo mediático, sino que nos llegará a hacer dudar si el viaje a Marte sucedió alguna vez en algún momento más allá de en las ensoñaciones de nuestro protagonista.

Espero haber transmitido la complejidad y oficio del trabajo de Azzarello, ya que es hora de ver el contrapunto. Si bien estamos ante una historia trabajada y profesional, no puedo evitar notar una falta de pasíón, de frescura. Azzarello repite todas sus fórmulas y muletillas dando una sensación de trabajo de encargo que no deberíamos esperar de una obra para el sello Vértigo y con el que fuera su compañero durante 10 años en 100 Balas, el argentino Eduardo Risso.

En manos de cualquier otro artista, Sapceman habría sido otra obra menor de Azzarallo, pero Risso y su compinche en 100 Balas, la colorista Patricia Mulvihill, hacen levantar el vuelo haciendo hincapié en el aspecto más sobresaliente de la obra, la ambientación. En juego de luces y sombras de Risso no sumergen en un mundo sucio y oscuro donde hablar de lujo de detalles es quedarse corto. La verdad es que resulta curiosos que sin apenas cambio de registro el estilo de Risso se ajuste tan bien a la ciencia ficción, sin perder un açpice de ese nivel al que nos tiene mal acostumbrados. No deberíamos terminar sin mencionar el trabajo de Mulvihill que más allá de embellecer con trabajo los dibujos de Risso, pone el color al servicio de la narrativa, adaptando, por ejemplo la paleta a las necesidades de cada línea argumental. l

Spaceman es un comic totalmente disfrutable, cuyo mayor fallo puede ser un exceso de profesionalidad, es decir, estamos ante una historia tan elaborada en torno a los cánones del oficio que puede pecar de cierta frialdad. Cuando pasen 10 años seguiremos recordando a Azzarello y Risso por 100 Balas.

Valoración: 7,5