Es la hora de las tortas!!!

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100% Marvel. Las Minis de Masacre 1

minis de masacre

100% Marvel. Las Minis de Masacre 1
Persecución en círculo / Pecados del pasado

Fabian Nicieza, Joe Madureira, Mark Waid e Ian Churchill
ISBN: 9788490945285
Libro con solapas. 208 páginas.
Fecha de venta: 04/2016
18.95 EUR
Contiene Deadpool 1-4 y v2, 1-4 USA

Nueva colección, destinada a recuperar todas las miniseries inéditas del Mercenario Bocazas, aunque para el primer número hacemos una excepción y te ofrecemos las dos primeras minis que protagonizara Masacre, en 1992 y 1993.

Masacre / Deadpool, el personaje que nació como villano, se convirtió en antihéroe y ahora nadie tiene muy claro lo que es, tuvo un pasado. Creado por Fabian Nicieza y ROB! Liefeld como antagonista de Cable y sus Nuevos Mutantes, tuvo apariciones en una docena de cómics de varias colecciones, siempre como mercenario y villano, antes de que las mentes preclaras de Marvel Comics se atrevieran a darle su propia colección. Esto de darle serie propia a un villano / antihéroe no era algo nuevo. Ahora mismo, sin esforzarme mucho me vienen a la cabeza El Castigador, Veneno, los Thunderbolts… Y no olvidéis que el mismísimo Caballero Luna debutó como mercenario contratado para atrapar al Hombre Lobo.

 

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En su primera miniserie, Persecución en Círculo (1993), el mercenario bocazas se lanza a una carrera contrarreloj para encontrar a Vanessa Carlysle (Copycat) y un maletín que contiene la clave del “arma más poderosa del mundo”, mientras se enfrenta repetidas veces a otros héroes como Arma-X y a los villanos Black Tom, Juggernaut y Contraataque. En esta competición no sólo habrá de alzarse con el premio antes que los demás, sino que también tendrá ocasión de poner a prueba su humanidad y ver si es capaz de convertirse en una mejor persona.

Esta miniserie tocará tres de los puntos que definen al personaje de Masacre: su inagotable verborrea y su lucha por dejar de ser sólo un villano (su toma de consciencia de ser un personaje de cómic vendrá más adelante). A lo largo de los cuatro números de este primer volumen, Wade Wilson debe hacer frente a su pasado para poder determinar en qué habrá de convertirse en el futuro. Está claro que se siente cómodo siendo un mercenario, pero es consciente de que el recuerdo de su paso por la Tierra no puede verse limitado únicamente a haber matado a un montón de gente. Oh, sí, le gusta matar a gente, pero empieza a matar sólo a los que se lo merecen (que, en estos dos primeros volúmenes, resulta ser casi todo el mundo). De ahí pasará a preocuparse por determinadas personas, como su amigo Comadreja o su amante la metamorfa Copycat.

El co-creador del personaje Fabian Nicieza une fuerzas con el dibujante Joe Madureira, que en los primeros noventa aún trataba de clonar el trabajo de los hot-artists de la época, antes de encontrar definitivamente su propio estilo. Pistolones, hombreras y mujeres de cuerpos imposibles sirven de trasfondo para una aventura demasiado enrevesada para poder tomársela con el sentido del humor que requiere. Masacre es el bocachancla que fue en su origen, pero aún no ha evolucionado ni ha roto la cuarta pared. Habla y suelta chistes sin parar, pero Nicieza, todavía demasiado lastrado por una historia que exige más drama y acción que humor, no es capaz de darle el equilibrio perfecto.

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Tiene que ponerse Mark Waid al cargo de la segunda miniserie de Masacre, Pecados del Pasado (1994), para que las aventuras de éste rebajen un poco el nivel de seriedad y el humor empiece a hacerse con el control. Este Masacre no sólo exaspera a sus adversarios con sus bromas y su incontinencia verbal, sino que también bromea para sí mismo, como una forma de aliviar el dolor y los traumas de su pasado y presente. Así, vemos que Wade Wilson no es un chiflado despreocupado, sino que es un hombre que ha sufrido una gran cantidad de dolor, y que ha encontrado una válvula de escape en el humor. Waid, especialista en rescatar personajes que pasan por una etapa de malas ventas, encontró el equilibrio entre la acción y el humor que la miniserie requería.

Su historia continúa donde se quedó la anterior, con un Black Tom infectado por una especie de tecnovirus vegetal (los tecnovirus eran la enfermedad de moda de los cómics de los noventa; recordad que son los años del nacimiento de internet, el correo electrónico, y todo lo que sonara a tecno y a virus informático tenía automáticamente su hueco en el mercado). Juggernaut, aquí como mero perrito faldero de Black Tom, busca a Masacre para conseguir una muestra de su tejido, con la que el doctor Killbrew pueda sintetizar una cura. Recordemos que Killbrew fue el responsable del tratamiento experimental con el que Wade Wilson se curó del cáncer terminal que lo acechaba, y que a cambio le desfiguró horriblemente. Masacre contará con la ayuda de Banshee y su hija Siryn para defenderse de los mercenarios de un misterioso villano procedente del pasado del superhéroe irlandés.

El trabajo de Ian Churchill es heredero del de Madureira. Los noventa requerían gabardinas y chaquetas de cuero, pistolones y hombreras de metal, y los villanos de este tebeo tienen de eso a espuertas, además de seguir los mandamientos de san Rob! en lo referente a poses imposibles y dientes apretados. Churchill adolece también de dibujar unas escenas de acción que pretenden ser tan grandiosas que resultan confusas. La espectacularidad que imperaba en los cómics de superhéroes de los años noventa se cobra una nueva víctima en estas páginas, que no son sino un fiel reflejo del soma con el que Marvel Comics atiborraba a sus lectores por aquella época.

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Aprovechando el tirón comercial del personaje a raíz de la película, Marvel Comics está haciéndole aparecer en todas las series que puede, amén de darle una nueva serie regular. Panini, por su parte, ha vuelto a publicar ahora la divertidísima etapa del personaje (de la que ya hablamos aquí), y ahora está recuperando las miniseries antiguas y las inéditas, para que los coleccionistas y completistas puedan llenar sus estanterías sin necesidad de recurrir a especuladores ni a ediciones en inglés. Este tomo no contiene la mejor etapa del personaje, pero en su momento supuso un muy digno punto de partida para lo que vino después, y aun así tiene momentos divertidos.