En 1974 La casa de las ideas buscaba emular el éxito que había tenido un par de años antes con Marvel Team Up, la cabecera en la que Spider-Man compartía protagonismo cada mes con un héroe distinto de Marvel. La serie fue muy popular por lo atractivo del concepto, permitiendo a los lectores conocer mejor el cada vez más entrelazado cosmos de la editorial. Así que un experimento similar no tardó en llegar: Marvel Two In One, protagonizada por nuestra querida cosa de ojos azules.
¿La Cosa? Seguro que esa pregunta se la hizo mucha gente. Hay que tener en cuenta que Los 4F han sido siempre, o al menos hasta hace unos años, la almendra central del Universo Marvel. En los cien primeros números de su serie regular se presentaron la mayoría de los conceptos que hoy en día definen a la editorial. Puede que Reed fuera el más inteligente, que Sue sea la más poderosa o que Johnny sea el más gracioso, pero Ben es el corazón. Así de sencillo. Es el más monstruoso y el más humano de los miembros del cuarteto fantástico. De hecho es quien ha tenido más aventuras en solitario. Además de esta colección, contó con una serie regular con guiones de John Byrne, de otra más corta escrita por Dan Slott, multitud de One-Shots… Del resto del conjunto Johnny tuvo una maxiserie de 12 números en la línea Tsunami y Sue acaba de conseguir una limited de cinco por obra y gracia de Mark Waid. Los números no mienten.
Con esta presentación llegamos a hablar del cómic que hoy nos ocupa: La Cosa – la saga del Proyecto Pegaso. Esta es la segunda vez que se publica en color tras la edición dentro la primeriza línea Excelsior de Forum en 1999. Han tenido que pasar 20 años para que pudiéramos volver a disfrutar de esta historia en su formato original. Ahora bien, aunque estamos ante una historia muy entretenida, con un buen par de puntos y unos personajes invitados muy atractivos, no hay que olvidar que estamos hablando de unos tebeos que se publicaron en los años 70 (con todo lo que eso conlleva), cuyos guiones fueron escritos principalmente por Ralph Macchio y Mark Gruenwald en sus primeros pasos en Marvel antes de ser editores. Curiosamente la serie era editada por Roger Stern que, al contrario que éstos, acabó siendo guionista a tiempo completo abandonando las labores de edición. Sea como fuere, esta etapa recopilada en formato 100% HC es lo mejor que se publicó dentro de los cien números y siete anuales que duró el primer volumen de Marvel Two In One.
La serie abre con un par de episodios donde se presenta por primera vez el Proyecto Pegaso:Unas instalaciones dedicadas a la investigación de fuentes de energía que ha ido apareciendo y desapareciendo del cosmos de Marvel durante sus cuatro décadas de existencia. De hecho, ni siquiera su aparición en la película de la Capitana Marvel ha provocado que su presencia en los tebeos se haya multiplicado. Por lo general, de cuando en cuando algún guionista se acuerda de ella y aprovecha para realizar alguna saga, pero poco más. En estos dos primeros números destaca la relación entre el Capitán América (que aparece en ambos) y de La Cosa. Mark Gruenwald (que en 1985 comenzaría una etapa de diez años en la cabecera del Centinela de la libertad), retrata a la perfección el respeto y la camaradería que sienten entre sí los dos héroes, además de recordar a los lectores que Ben Grimm no es solo una mole naranja que reparte tortas, sino también un experto e inteligente piloto. A modo de curiosidad destacar que el cubo cósmico tiene un gran protagonismo… Un objeto que ya había causado estragos, pero nada comparado a lo que estaría por llegar.
Tras este par de capítulos, llegamos a la saga del Proyecto Pegaso propiamente dicha. Debo reconocer que lo primero que me ha llamado la atención es lo bien empastados que están los diversos invitados que se van dando cita en el desarrollo de la saga. Tenemos desde héroes como Quasar (auténtico fetiche de Mark Gruenwald) o Goliath Negro, a villanos como Deathlok o Thundra, personajes que debutaron en esos locos años 70 en los que Marvel expandió sus miras a todo tipo de géneros y que Gruenwald y Macchio nos van presentando de manera muy orgánica. A la vez van hilando una trama que implica conspiraciones, venganza y espionaje industrial y que resulta tan completa que nos deja ver a La Cosa fuera de su elemento habitual, alejándolo de las grandes aventuras y viajes por el espacio.
Como curiosidad me gustaría destacar una página en la que se nos muestra un diagrama de las instalaciones del Proyecto Pegaso, indicando lo que hay en cada instancia, cuantas plantas tiene… entiendo que será uno de los aportes no acreditados del gran Elliot St. Maggin. Este tipo de frikadas me encantan desde crío y su aparición en este tomo me ha arrancado una gran sonrisa de complicidad.
Llegando a la parte artística nos encontramos con unos dibujantes de lujo. Ni más ni menos, que John Byrne y George Pérez son los encargados de plasmar este sin fin de personajes. No sabría con cual quedarme, pues ambos nos dejan ver sus mejores virtudes como artistas, que estando lejos de sus trabajos más laureados, ya superaban a casi la totalidad de la industria. A modo de extras, la edición de Panini incluye la reproducción de un par de páginas originales donde podemos apreciar el arte de esta obra en todo su esplendor.
En definitiva, un tomo divertido que gustará a los fans de los personajes que en él aparecen, así como a los seguidores de la Marvel más clásica. No me importaría leer más etapas de esta cabecera.
