Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

100% Marvel HC. Cable: Origen

100% Marvel HC. Cable: Origen
Guion
Scott Lobdell, Jeph Loeb, John Francis Moore, Tom DeFalco
Dibujo
Gene Ha, Pascal Alixe, Alan Evans, Doug Alexander, John Bolton, Ian Churchill, William DeMott, Trace Drury, Jeff Lafferty, Nghia Lam, Bill Sienkiewicz, Larry Stroman, Kyle Hotz
Tinta
Bill Anderson, Terry Austin, Al Milgrom, Mark Pennington, Joe Rubinstein, Al Vey, Andrew J. Pepoy, John Czop, Scott Elmer, Mark McKenna, Lary Stucker, Kyle Hotz
Color
Kevin Somers, Malibu, Atomic Paintbrush, Gloria Vasquez, Kevin Tinsley
Formato
Cartoné, 368 páginas
Precio
34.95€
Editorial
Panini. 2018
Edición original
The Adventures of Cyclops And Phoenix 1-4, Askani’son 1-4, X-Men: Phoenix 1-3, X-Men: Books Of Askani y Marvel Valentine Special USA

Aprovechando el estreno de Deadpool 2, película cuyo máximo interés para muchos espectadores, entre los que me incluyo, es la aparición de Cable, Panini ha editado en castellano el TPB americano X-Men: The Adventures of Cyclops and Phoenix, en el que se reeditan varias series limitadas que hace más de veinte años que vieron la luz y narran el pasado de Nathan Christopher Summers en el futuro lejano de la era de Askani. Vamos a por ello.

cable origen askani

¿Quién es Cable?

Respuesta corta: Nathan Christopher Summers, el hijo de Scott Summers y Madelyne Pryor, el clon de Jean Grey que se paseaba por Uncanny X-Men durante los años 90.

Respuesta larga: Un ojo biónico.

Eh… ¿qué?

Echemos la vista atrás. Contaba Rob Liefeld en una entrevista en  Wizard #10 que cuando entró como dibujante regular de los Nuevos Mutantes su editor, Bob Harras, le dijo “Quiero meter un personaje central nuevo, un profesor nuevo para los Mutantes. Ponle, no sé, un ojo biónico.” Con una descripción tan profunda, el recién llegado Rob, uno de los peores dibujantes que ha visto el mercado americano y a la vez uno de los personajes más apreciados por el fandom, empezó a hacer diseños. Además del ojo biónico que le había pedido Harras, Liefeld incorporó el brazo mecánico y acabó dando el aspecto al personaje que aún hoy en día se mantiene en vigor casi en su totalidad. El nombre propuesto por Harras Fue Quentin. Louise Simonson lo llamó en sus guiones Comandante X. A Liefeld lo de Quentin le daba grima, pero además dijo que si se llamaba Comandante X no quería saber nada. Así que se quedó como Cable, que a fin de cuentas era el nombre que había pensado desde el primer momento. En resumen, Cable es una creación de Bob & Rob con la que a Louise Simonson le tocó trabajar por imposición editorial.

Pero entonces, ¿no estaba previsto que inicialmente Cable fuera el hijo de Cíclope?

La verdad es que no. Por aquella época, Nathan, el bebé hijo de Cíclope, estaba siendo un cabo suelto de trama que no convencía a nadie en la editorial. La forma de quitárselo de en medio fue infectarlo con un virus de Apocalipsis y mandarlo a un futuro lejano donde lo podían curar los seguidores de su medio hermana de un futuro alternativo. Otro diferente, sí. Así que aprovechando que se había enviado al criajo que nadie quería al futuro y que había un personaje que venía del futuro sin ningún tipo de trasfondo, se unieron uno y otro y se mataron dos pájaros de un tiro.

¿Y Dyscordia, quién es y qué pinta en todo esto?

Cuando el bebé Nathan llegó al futuro, la hermandad de Askani (ya sabéis, esa Rachel Summers del futuro que se ha convertido en algo parecido a una líder religiosa) lo clonó por si acaso no sobrevivía al virus tecnoorgánico de Apocalipsis. El caso es que sufrieron un ataque de las fuerzas del mutante darwinista supremo y escaparon con Nathan por los pelos. Nathan acabaría convirtiéndose en Cable, y su clon, criado por Apocalipsis y sus sicarios, acabaría siendo Dyscordia. Hasta aquí todo claro, ¿no?

Mmmm… sí.

Bien. El caso es que no todo fue siempre así. El trasfondo que Rob Liefeld diseñó para Dyscordia, jefe del Frente de Liberación Mutante, era sólo que tenía la misma cara de Cable. Este chico y sus personajes tan profundos, ¿eh? La idea es que el pasado de ambos se iría desvelando a lo largo de los años, siendo personajes misteriosamente misteriosos durante años. Eh, si con Lobezno ya había funcionado, podía volver a hacerlo. La idea de Liefeld era que Dyscordia era Nathan y que Cable era el clon (aunque llegó a barajar la posibilidad de que ambos fueran el mismo personaje, siendo Dyscordia la versión futura de Cable), y con esa idea se estuvo funcionando durante una temporada, hasta que la editorial decidió que la cosa sería al revés, lo cual molestó mucho a nuestro querido Rob, pero no pudo hacer nada porque, a fin de cuentas, Marvel era la única dueña del personaje.

Y así, amiguitos, es como un editor pidió un profesor con un ojo biónico y acabamos teniendo al personaje que representa a la perfección lo que supusieron los 90 para los mutantes. Pudimos tener a la versión superheroica de Ojoloco Moody y acabamos teniendo a un personaje interpretado en el cine por Josh Brolin.

Las aventuras de Cíclope y Fénix (1994)

cable origen ciclope y fenix

El primer bloque de material de este tomo recoge la serie limitada The Adventures Of Cyclops And Phoenix, publicada anteriormente en España en tiempos de Fórum dentro de la Colección One/Shot con el título Cíclope y Fénix: Luna de miel. En esta historia, continuación directa del número 30 de la serie mensual X-Men, en el que Scott Summers y Jean Grey se casaron, comienza su luna de miel en la playa con un pequeño incidente. Askani secuestra sus mentes y las transporta a cuerpos nuevos dos mil años en el futuro, justo a la época en la que la Hermandad Askani ha llegado con el bebé Nathan, y reciben el encargo de criar al bebé. Así, resulta que los padres que criaron a Cable en el futuro son su auténtico padre y la mujer de la que clonaron a su madre.

En esta historia vemos por primera vez el mundo dominado por Apocalipsis del que se había hablado en muchas ocasiones previamente, una sociedad dominada por los mutantes en la que los humanos son la casta más baja. Podríamos decir que se han vuelto las tornas respecto al futuro de Rachel Summers, en el que los mutantes eran los sabuesos de los humanos. Vemos también cómo Apocalipsis ha conseguido sobrevivir durante tantos milenios mediante el cambio de cuerpos, concepto que también se pudo ver en la película X-Men: Apocalipsis, y la educación recibida por Nathan y su clon, Dyscordia. Así, se da un poco de color al trasfondo sólo insinuado de los personajes creados años con el único objetivo de molar mucho.

En esta historia hay un momento en el que la Unidad Dayspring, nombre que se da a la familia formada por el pequeño Nathan y sus padres adoptivos, Slym y Redd (Dellgado y Rojja en la edición de Fórum) tienen que volver a su ciudad de origen para pasar un control, montados en un burro. Sí, el trasfondo bíblico es evidente, pero es que Cable era el Mesías que traería la destrucción de Apocalipsis. Supongo que con este paralelismo, Rachel es el Espíritu Santo. ¿Y Dios Padre? Mmmm. ¿Aceptamos a Xavier, como creador del Sueño?

El guión es más que correcto. De hecho, diría que es una de las mejores obras de toda la carrera de Scott Lobdell. La ambientación retrofuturista, tan común en la ciencia ficción, es llevada aquí a sus máximas consecuencias. No estamos ante un retrofuturismo estilo Fallout, en el que hay una mezcla entre postapocalipsis nuclear y mediados del S. XX. No, aquí estamos dos mil años en el futuro pero parece que estamos dos mil años atrás. El aspecto es el de las sociedades de la época de los inicios de la Era Cristiana mezclado con elementos de tecnología muy avanzada.

A esto colabora el impresionante dibujo de Gene Ha. El dibujante americoreano (¿esa palabra existe?) acababa de empezar su carrera profesional poco antes. Cuando el primer número de esta serie vio la luz, el número de obras publicadas por Gene Ha ascendía a exactamente diez tebeos. Y ni siquiera era autor completo en todos ellos. Aún no era el autor que ha ganado cuatro Eisner, pero en ese mismo 1994 se llevó el Russ Manning al autor novel más prometedor, premio entregado en la ceremonia de los Eisner.

Una cosa sí hay que reconocerle a los 90 mutantes. Sus guiones no eran precisamente lo más inspirado que ha dado el mercado superheroico, salvo honrosas excepciones como la que tenemos entre manos, pero el nivel artístico tenía una calidad más que aceptable. El mes que salió a la venta el primer número de esta serie, teníamos a John Romita Jr. en Uncanny X-Men, a Andy Kubert en X-Men y a Adam Kubert en Lobezno. Los patitos feos serían Ian Churchill en Excalibur y Tony Daniel en X-Force. Y pocos meses después arrancaría Generación X con Chris Bachalo.

El hijo de Askani (1996)

Mientras que la serie anterior se dedicaba a narrar los acontecimientos que definen el origen de Cable, su secuela, Askani’s Son, aparecida un año y medio después, aún estando protagonizada por el mismo personaje, se dedica más a presentar el entorno de personajes secundarios y la sociedad en la que creció, que habíamos conocido, como todo lo que tenía que ver con él, a través de rumores y comentarios de pasada. Así, conoceremos el Imperio de Nueva Canaán, surgido de las cenizas del dominio de Apocalipsis y nos irán presentando a los personajes secundarios que conocimos principalmente en la serie regular de Cable en solitario. Profesor, Jenskot, Tetherblood, la Hermandad Askani post-Rachel… En Askani’s Son se cubre la adolescencia de Nathan y dejamos su núcleo cercano de personajes montado. Así, en los ocho números de estas dos miniseries queda perfectamente definido el trasfondo del personaje.

Mantenemos equipo creativo respecto a la serie anterior, pero añadimos a Jeph Loeb, ayudando a Lobdell a escibir los diálogos.

Fénix (1999)

cable origen fenix

Aunque Cable no aparezca en ningún momento de esta tercera serie, tiene una notable importancia en la definición del entorno en el que se crió. Se nos había contado que, en algún punto indefinido de un futuro más o menos cercano, Rachel Summers pega un salto temporal que le lleva dos mil años al futuro, a un mundo dominado por Apocalipsis, donde funda la Hermandad Askani. Esta serie arranca con la llegada de Rachel a este punto del tiempo, aproximadamente cien años antes de los sucesos de la primera serie del tomo, presentando a lo largo de los tres números que dura la serie a versiones más jóvenes de personajes ya vistos como Blaquesmith o el Prelado Ch’vayre.

El guión de John Francis Moore cumple sin estridencias. En el plano artístico, sustituímos a Gene Ha por Pascal Alixe y, la verdad, se nota. No sólo el estilo de dibujo es muy diferente al de Gene Ha, estando Alixe algo más cercano del estilo de Guy Davis, es que a estas alturas de su carrera el autor francés está aún muy verde, cometiendo errores de novato. Alixe ha simultaneado su carrera en el mundo del cómic con trabajos en animación, habiendo participado en los departamentos de animación de películas como El príncipe de Egipto o Joseph, Rey de los sueños.

Los libros de Askani (1995)

cable origen libros de askani

Quizás esta parte del tomo sea la más espectacular y a la vez más intrascendente. Este cuadernillo es un pequeño artbook, en el que hay ilustraciones a página completa de algunos de los personajes vistos en la primera miniserie, de autores como Bill Sienkiewicz, John Bolton o Larry Stroman, acompañados de pequeños textos que dan un poco de color. Tan visualmente espectacular como intrascendente.

Especial de San Valentín (1997)

cable origen especial san valentín

Se termina la parte de cómic del tomo con una historia corta del especial en cuestión en la que un regalo de San Valentín de Scott a Jean despierta recuerdos de la época en la que vivieron en el futuro. Una pequeña curiosidad intrascendente dibujada por Kyle Hotz, un dibujante de la escuela Wrightson subsección Kelley Jones.

En resumen…

Decir que la franquicia mutante durante los años 90 es lo peor que le ha pasado al cómic superheroico es tan típico como incorrecto. Cierto es que la sobreexplotación de los alrededores de los X-Men produjo una enorme cantidad de morralla sobresaturada de los tics de la época, entre los que podemos recordar los típicos personajes permanentemente cabreados, el uso y abuso de armas de diseño futurista casi a cada página o una preocupante superficialidad en las historias al servicio de una supuesta espectacularidad visual que a veces tenía los pies de barro.

Pero las primeras dos series de este tomo, aún no siendo obras que hayan venido a cambiar el género, no se pueden englobar dentro de la morralla que tan mala prensa ha dado a los tebeos de esta época. Son unos cómics muy disfrutables, visualmente impecables y además imprescindibles para los fans del personaje. Que sí, seguimos existiendo.