Es la hora de las tortas!!!

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100% Marvel. Daredevil: El Hombre sin Miedo 9: Chinatown

Lo bueno que tiene el mundo del cómic americano es que, por mala que sea una etapa de una colección, antes o después terminará. Cuando hay autores poco inspirados sabemos que no van a estar eternamente al frente de la serie, aunque a veces lo parezca. Lo malo es que lo bueno también termina. Y la etapa de Daredevil que acaba de terminar, con Mark Waid al frente, ha resultado ser una de las tres mejores etapas de la historia del Cuernecitos, en un merecido podio junto con las de Frank Miller y Brian M. Bendis. Difícil lo tiene su sucesor, Charles Soule, que se estrena con este Chinatown.

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Daredevil vuelve a vestir de negro y regresa a su hogar en Nueva York, mientras Matt Murdock trabaja ahora en la oficina del fiscal del distrito. Descubre el nuevo capítulo en la vida del Hombre sin Miedo, de la mano del hombre que mató a Lobezno y de la superestrella del dibujo Ron Garney.

Daredevil llega en este tomo al “ocho meses después” que vivió el Universo Marvel después de Secret Wars. En esos ocho meses, ha habido muchos cambios en su vida. Lo primero que hace Soule es llevarse a Daredevil de vuelta a Nueva York. ¿Quiere eso decir que volveremos a la Cocina del Infierno? No. No, al menos, en este primer arco argumental, que está ambientado en Chinatown. ¿Y a qué se dedica Murdock ahora? De algún modo, ha conseguido que le devuelvan la licencia para ejercer en su ciudad de toda la vida. Y no, no tenemos al abogado defensor de los oprimidos y de las causas perdidas. Ahora, Matt es fiscal. Pero… ¿cómo se lleva que un fiscal tenga una identidad conocida como superhéroe? Esa es otra… Tras un misterioso suceso a lo mefistazo, nadie salvo Foggy recuerda que Matt es Daredevil. Demonios, ni siquiera la espectacular representación gráfica de la visión de Matt se respeta.

En definitiva, lo que ha hecho Soule es coger la mayor parte de las características de la etapa Waid y darles la vuelta. No sé si porque las comparaciones son odiosas y salir a escena después de una de las tres etapas más alabadas en 52 años de historia del personaje le ha producido pánico escénico, o por instrucciones de la editorial, para aproximar el cómic al tono de la serie de Netflix. Así, además de cambiar SF por NY, tambien abandonamos el espíritu optimista por un ambiente noir y oscuro. Toda reflexión sobre el héroe y la persona desaparece también, de un modo que aún está por explicarse. Y el antagonista del héroe en esta primera entrega, Diezdedos, es un trasunto bastante chusco del Mandarín… con diez dedos en cada mano. Y, por supuesto, tenemos una aparición estelar de La Mano. Y un sidekick.

¿Cómo? ¿Daredevil con un sidekick?

Sí. Punto Ciego, que así se hace llamar el chaval (¿ciego? heh…) es el primer sidekick en la historia del personaje. Y es un reflejo fiel de lo que representa esta etapa: la ruptura con todo lo establecido previamente. Daredevil era el abogado defensor católico de día y el justiciero vestido de diablo de noche, en una genial contraposición moral. Ahora, es fiscal de día y ha perdido la fe. Esa contraposición ya no existe. Ni siquiera tenemos presente a Foggy, el ancla de Matt con la humanidad, que hace una breve aparición al principio y no se le vuelve a ver.

Los autores

Tenemos a Charles Soule al guión, el niño bonito con la carrera más meteórica de los últimos años. Después de pasar por La Cosa Del Pantano, de contar la relación entre Superman y Wonder Woman, de matar a Lobezno y de haber contado las andanzas de otro superhéroe abogado en Hulka, viene a una serie donde el nivel suele ser muy alto desde el lanzamiento en Marvel Knights en 1999 (¿ya llevo 17 años comprando esta serie…?) . Si conseguirá contar una historia interesante aquí o un blockbuster ligerito a lo Muerte de Lobezno o una serie que empieza bien pero se deshincha poco a poco como Inhumanos, el tiempo lo dirá. Por lo pronto, sabemos que el autor tiene cariño al personaje. Como pudimos leer en el segundo tomo de Hulka, sobre la aparición de Daredevil como personaje invitado:

Daredevil ha sido uno de mis personajes favoritos DESDE SIEMPRE. Tenía una fijación desde que empecé a escribir cómics: si tenía la oportunidad de colar a un personaje que me gustara en una historia, aunque con fuera “su” serie, lo haría. Siempre existe la posibilidad de que esto se esfume mañana, así que quería aprovechar cualquier oportunidad para escribir Daredevil.

El dibujo está en las muy capaces manos de Ron Garney. Siempre ha sido un dibujante competente, desde que lo conocí en los 90 en las series de los Hijos de la Medianoche, o en su memorable etapa frente a Capitán América con Mark Waid. Pero no sé qué le ha pasado, en este tomo está absolutamente espectacular. Hace, sin duda, el trabajo de su vida. Y aunque Chris Samnee estaba a un nivel altísimo en los números anteriores, Garney, en un estilo totalmente diferente, no está a un nivel inferior.

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En resumen…

Es pronto para opinar sobre esta etapa. Nos ha quedado claro que su planteamiento inicial es rupturista, es distanciarse claramente del statu quo en el que llevaba tantos años la serie. Eso no es necesariamente malo, pero tampoco bueno. Es un nuevo punto de partida para la serie que aún tenemos que ver cómo se desarrolla. No un reseteo, pero casi. Dependiendo de lo que esté por venir y de lo que haga Soule con el personaje, recordaremos estos números como el principio de una buena etapa o como algo que saltarse. De momento, lo que sí podemos decir es que nos ha dejado una historia con acción, ágil, bien narrada y espectacularmente dibujada. Sin más, pero también sin menos.